No
hay que creer que la pesca en el mar se reduce a un simple y agradable
paseo por la orilla del agua; hay que hacer frente a la humedad del mar,
a la niebla, al viento, a la lluvia tenaz… La pesca en el mar no es un
deporte al alcance de los débiles, la mejor recompensa para los tenaces y
los apasionados de este deporte se centra en las capturas
extraordinarias, contadas por decenas de kilos.
Las mareas
Las
mareas son un fenómeno cuya importancia y manera de producirse debe
conocer el pescador. Sin este conocimiento básico, no pueden efectuarse
buenas pescas.
Las
aguas del mar se elevan, avanzan, descienden y retroceden varias veces
al día; este movimiento oscilatorio del nivel del mar se produce por la
influencia conjunta de El Sol y La Luna
; son los desplazamientos que denominamos “mareas” ; son el resultado
de la atracción que ejercen aquellos astros sobre las partículas
líquidas.
No
todas las cuencas oceánicas reacciona de la misma manera estas
influencias; la respuesta a las atracciones celestes es diferente según
lo lugares. La duración del día se divide por cuatro; en un período de
veinticuatro horas, se observan cuatro movimientos, que son de cinco
horas cuando el mar sube y de siete horas cuando baja. Hay pues,
diariamente, dos mareas altas y dos mareas bajas, y, entre ambos
movimientos, un período culminante. Estos períodos son poco
duraderos; se producen en principio dos veces al año y reciben el nombre
de “mareas de equinoccio”, también conocidas como “grandes mareas”.
El horario: El
pescador aficionado debe reconocer las horas de marea. Desde el punto
de vista técnico, la pesca es mejor cuando suben las aguas, pues la
actividad alimentaria en los peces aumenta con este movimiento: las
corrientes que pasan remueven y agitan el mar. Y son las mareas las que
crean las corrientes. El periodo lunas es otro elemento a tener en
cuenta. La Luna
puede hallarse en cuarto creciente o en cuarto menguante. Son los
periodos en que las diferencias del nivel de las mareas son más débiles.
Cuando la Luna
y El Sol están en conjunción, las mareas, llamadas también “aguas
muertas”, son muy malas para la pesca, sólo se producen dos veces al
mes.; en cambio, las mejores y más fuertes se localizan, en los días que
preceden a estos periodos de calma.El
periodo creciente, denominado también “flujo”, y el periodo menguante, o
“reflujo”, tienen un valor distinto. Cuando la marea sebe, los peces
saben que pueden evolucionar sin peligro, se dejan llevar por la marea.
Pero no ocurre lo mismo cuando decrece la altura del agua. Entonces, los
peces se baten en retirada con rapidez, lo que ocasiona una diferencia
comprobada en el rendimiento de la pesca.
Y el pez… está
sometido a las influencias de las mareas, y se guía en esto por
instinto, dicho instinto le impulsa a ejecutar ciertos movimientos sin
tener noción de su finalidad. Conocer los instintos el pez es uno de los
mejores triunfos el pescador. El
instinto más poderoso de los peces es el de conservación, pero el pez
también está sometido a otros instintos; el de la reproducción es uno de
los más importantes. Las migraciones también son fenómenos instintivos,
tienen su origen en los instintos de conservación y reproducción.
El
instinto de reproducción impulsa a los peces a evadirse del mar, a
buscar las oquedades de las rocas en el momento de marea alta. El agua
se calienta en los lugares propios para el desove, y los peces se
sienten llamados a ocuparlos. Por esto, los fondos cercanos a las rocas
deben ser explorados por los pescadores de caña, en los meses de abril y
mayo; allí tendrán sin duda ocasión de capturar hermosas piezas.
Los puertos
Los puertos contienen numerosos reductos que brindan a los pescadores recursos variados y casi inagotables.
El rompeolas: Con
frecuencia, las entradas de los puertos se protegen con rompeolas
construidos a base de rocas y cemento. Grandes rocas y bloques de
hormigón flaquean el malecón por ambos lados e incluso penetran en el
mar; son verdaderos nidos de cangrejos, y las rocas a las que se
adhieren los mejillones y los moluscos de toda clase constituyen un
refugio ideal para congrios y los peces de roca.
El espigón sobre pilotes:
Muchas veces frente al rompeolas, se divisa malecón, montado sobre
pilotes. A veces, es más largo que el primero y, en consecuencia,
resulta más favorable para la práctica de la pesca.
La
profundidad es pequeña durante la marea baja; en ocasiones, no llega a
un 1m cuando se ha retirado el mar, ni siquiera por el lado del mar
libre y a una distancia bastante alejada de la última ola. Por lo
general, el lado del mar abierto es el mejor; desde que empieza a subir
la marea, el fondo arenoso es propicio para la captura de peces planos.
El estribo: Entre
los dos malecones se encuentra la gran esclusa del puerto. En
principio, la pesca está prohibida en las proximidades de esta
importante obra; pero el “estribo”, en la punta del muelle, es accesible
a los aficionados a la pesca. Los fondos son allí muy limpios y su
profundidad nunca es inferior a 4m; a pesar de esta ventaja, el lugar no
es muy favorable para la pesca.
El puerto:
El puerto, con todas sus dársenas, es accesible a los pescadores y
abunda bastante en peces. En él se pueden practicar varias pescas, ya
sea con material adecuado para la pesca en el mar, ya sea con el
material propio de la pesca en agua dulce.
La playa: En ellas se puede practicar la pesca de surfcasting (lanzado en la rompiente) y plantar numerosas cañas en las diferentes playas de los puertos y alrededores.
En alta mar: Se pueden utilizar embarcaciones que se alquilan para practicar la pesca en alta mar.
En las playas de arena fina:
Para pescar en el mar, y sobre todo para hacer capturas, no es
necesario disponer de instalaciones especiales o de una barca. Cunado
hablamos de “instalaciones”, pensamos en los espigones, en las estacadas
e incluso en las rocas que se adentran en el mar.
Manera de practicar:
Por poco que consiga aislarse el pescador, puede actuar con una caña y
un carrete apenas especializados. Con frecuencia, lo esencial está en el
carrete. Se pueden emplear carretes muy diferentes, desde el pequeño
carrete de tambor fijo, hasta el enorme tambor giratorio de los
pescadores marinos.
Puede
intentarse, pues, utilizar un carrete de río para pescar en una playa.
La cosa es factible y no presenta inconvenientes graves, con tal de que
se tenga en cuneta que es indispensable engrasar a conciencia esta
accesorio, antes y después de la pesca. Sin embargo, sería ridículo
utilizar este aparato en la orilla de un mar agitado, pues éste no
permite lanzar de forma.
Las cañas para la pesca en el mar han de ser bastante largas y lo bastante fuertes para lanzar un peso de 200g.
En
resumen, el material indispensable para la pesca en las playas se
compone de un carrete de tambor fijo y de una caña larga, de unos
4metros, que sea muy sólida.
Las dársenas
Los
meses de verano y de otoño se prestan a la pesca de la anguila y de la
platija en las aguas salobres, en general, y en las dársenas de los
puertos, en particular.
Pesca de la aguja: La
aguja es una especie de anguila; pero solo tiene de ésta es aspecto
alargado, ya que sus costumbres son muy diferentes. La aguja, tiene el
cuerpo de color verde, y sus mandíbulas son muy afiladas y en forma de
pico. El color verde no es uniforme, pues los flancos y el vientre son
plateados. La aguja puede alcanzar un meto de longitud y un peso de un
kilo. Es un pez de alta mar, pero se acerca a las costas durante el
verano, cuando hace mucho calor. Dado que la aguja es un pez de
superficie, al menos, cuando se acerca a la costa conviene pescarla con
el material adecuado. No hay problema en lo relacionado a la caña; puede
ser ligera, pero lo bastante larga como para poder realizar las
maniobras necesarias. La simple caña para la pesca al toque, no es
conveniente en la mayoría de los casos; vale más emplear una caña “de
mar”. Se completará con un carrete de tambor fijo.
El gobio y la lapa:
Debido a que le gobio tiene la boca muy pequeña, hay que limitarse, a
cubrir el anzuelo con el cebo. Las lapas son esas curiosas conchas que
parecen llevar un sobrerito chino y que se confunden la roca, aunque es
fácil desprenderlas con un simple cuchillo.No
hace falta cebado previo. Basta con examinar los rincones donde se
desea pescar, para ver si hay peces o no. Si el pescador se mueve un
poco, observará la huida de muchos pececillos que van a esconderse bajo
las rocas del fondo. Son los gobios; todos los escondrijos son buenos
para ellos, y cada cual elije el suyo: bajo una roca, en una
oquedad…Tras haber descubierto los escondrijos, basta con tender el
sedal en la entrada.
Peces planos en fondos arenosos: Se
encuentran peces planos a lo largo de todas las costas arenosas; y se
hallan acantonados tanto a lo largo de las playas como en las
proximidades de las obras marítimas. Figuran, entre los peces planos,
rodaballos, romlos, tapaderas, limandas, gallos, platijas, lenguados,
sollas, así como rayas. Estos peces, que se desplazan en grupos
considerables, con frecuencia flacos y hambrientos.
¤ Lenguado:
El lenguado es el rey de los peces planos. De forma alargada y color
gris negruzco, tiene una cola minúscula, cabeza pequeña y boca deforme.
¤ Rodaballo: El cuerpo del rodaballo es de color castaño claro, salpicado de manchas más oscuras.
¤ Solla: La solla es también de color castaño claro, salpicado de manchas amarillas o anaranjadas; alcanza a veces los 50cm.
¤ Limanda: Es
de color castaño amarillento, a veces con débiles manchas de color
amarillo claro. La falsa limanda se confunde a menudo con la limanda
propiamente dicha, pero se diferencia de ella de la línea lateral, que
es casi recta.
¤ Gallo: El gallo es una especie de platija grande; de boca enorme y de color castaño- amarillo claro; raras veces pica el anzuelo.
¤ Platija: De color pardo negruzco o gris negruzco, tiene a veces grandes manchas blancas. Puede vivir en agua dulce.
¤ Halibut:
Puede alcanzar el elevado peso de 50kg; es de color gris, tirando a
castaño muy oscuro. Ninguno de los peces aquí citados requiere el empleo
de sedales finos, ya que ellos se dejan capturar con facilidad.
¤ Tapadera:
Se denomina también lenguado de roca porque se captura cerca de las
rocas; es de color pardo rojizo, y es un pez intermedio entre la limanda
y el rodaballo. El cebo mejor es el arícola de mar o gusano de la
arena. La sardina, el trozo de pescado y el camarón gris también son
buenos cebos, cada uno de ellos según el día.
¤ Telina: Sobre todo durante el primer trimestre de cada año, la telina es aceptada muchas veces como cebo exclusivo.
¿Cuando pescar peces planos?
Hay
una temporada para la pesca de los peces planos. La época más favorable
es el invierno, cuando el tiempo es crudo y frío, desde el 15 de
noviembre hasta el 15 de marzo, sobre todo durante las horas que siguen a
una tormenta. Las horas más favorables son señaladas por la marea:
desde tres horas antes de pleamar hasta tres horas después de empezar el
reflujo. Las mareas nocturnas son las más favorables.
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